Escuché una conversación entre fotógrafos. Se trataba de hacer un regalo a alguien. Una caja con fotografías de autor parecía un buen detalle; cercano, valioso, personal. Alguien, uno de los fotógrafos, dijo que era una opción pobre, que una fotografía no tiene valor, y menos si el que la recibe conoce a su autor. Otro de ellos se sorprendió, casi se escandalizó con la idea de que un fotógrafo no otorgue valor a su propio trabajo, al medio con el que ha decidido expresarse.
El valor de lo que somos, en ocasiones, lo da el valor que otorgamos a lo que hacemos. Si crees que lo que haces no es valioso, no merece la pena que lo sigas haciendo.
1 comentario:
Muy cierto. Muchas de las personas que más quiero tienen una fotografía mía que les he regalado. No sé si serán mejores o peores pero es algo que regalo y a lo que no podría poner precio. El valor que tiene la imagen viene dado por todo lo que significa para el que la ha retratado.
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