Qué extraño... Por alguna causa difícil de determinar hay viajes que no exigen volver y narrar lo visto; viajes para los cuales no hace falta siquiera alcanzar la meta y poner una bandera. Hay viajes que no precisan de una salida, basta con que alguien sospeche que se acometió la empresa, con que el relato ocurra en la imaginación y se reconstruya después en la memoria compartida. En esas odiseas es suficiente con lanzarse al camino, con intentarlo, y resultan ser las más fabulosas, aunque cueste comprender por qué. Los viajes que nunca ocurrieron, o que ocurrieron a medias son los más celebrados.Estrella de Diego
Travesías por la Incertidumbre