Está perfectamente. Feliz, luminosa. A veces llora, claro, y a veces no sabemos porque llora. Pero eso nos pasa a todos.
En general se rie bastante, ultimamente a carcajadas.
Paula llora, no sabemos por qué. Le digo a Lucía que no es normal que llore así. Nada es normal, me responde, como diciendo una obviedad.
Hoy leo en una columna de JJ Millás: "La normalidad es una quimera; un desvarío".