lunes, 5 de mayo de 2014

ICONOS

En colaboración con





Hay imágenes que quedan grabadas en la memoria colectiva como iconos de una época. Son fotografías que sintetizan cadenas de acontecimientos, líneas de pensamiento o fenómenos inesperados, impactos visuales que superan la mera función informativa o descriptiva para trascender a su momento y lugar y servir de referencia histórica para futuras generaciones. A esta naturaleza pertenecen fotos como la que Alberto Korda tomó del Che Guevara, dando lugar sin saberlo a la estampa más reproducida de la historia, o el miliciano republicano muriendo en combate que Robert Capa fotografió en la Guerra Civil española, o más recientemente, la fotografía amateur que mostraba al detenido Satar Jabar, siendo torturado por soldados norteamericanos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib.


Las imágenes que se están produciendo estas últimas semanas en el enclave fronterizo de Melilla pertenecen en mi opinión a esta categoría de metáforas visuales que aglutinan en una representación simbólica un momento complejo y cargado de significados de la historia de la humanidad. Es notable cómo en un período de desbordamiento gráfico, en el que consumimos muchas más imágenes de las que somos capaces de procesar, algunas fotografías queden registradas de este modo tan inequívoco y universal en la conciencia global. A mi modo de ver es una característica de este medio expresivo que otros medios no comparten: su capacidad de conmover intensamente y generar procesos de identificación inmediata en todos nosotros. ¿Por qué una foto entre millones termina convertida en icono? Lo desconozco, y para ser sincero, prefiero que siga perteneciendo al terreno de lo mágico, como el destino, el azar y el amor.