Desde el espacio, con su hermano el tiempo, bajo la gravedad insistente, sintiendo la materia como un espacio más lento, me pregunto con asombro sobre lo que no sé.
¿No será el paso decisivo para un artista el estar con frecuencia desorientado?
¿No es el arte algo que le ocurre al hombre ante si mismo, y ante un testigo implacable: la obra?
En una línea, el mundo se une. Con una línea, el mundo se divide. Dibujar es hermoso y tremendo.
Trabajo para saber. Valoro más el conocer que el conocimiento.
Tengo las manos de ayer. Me faltan las de mañana.
Extracto de la conferencia pronunciada por Eduardo Chillida en Trinity College. Dublín, agosto de 1988