lunes, 6 de abril de 2009

CUADERNO DE CAMPO


DESTIERRO

Él lo había dicho: "Vivo espantado de estar vivo".

En el destierro adquirió el talante lúgubre, la catadura sigilosa, la índole contemplativa, las maneras lánguidas, el habla despaciosa, y una vocación mística que parecía condenarlo a una celda de clausura.

Del Amor y otros Demonios
Gabriel García Márquez.