lunes, 30 de junio de 2014

TIERRA QUEMADA



La lava es hipnótica y hermosa. Serpentea en formas onduladas prendiendo pequeñas llamas en sus extremos. A través del fluido naranja la tierra parece una radiografía.

En EE UU vuelve a rugir el volcán más grande del mundo, el Mauna Loa, que entró en erupción por última vez en 1975, un año en el que el mundo entero parecía salpicado de grandes extensiones negras de tierra quemada. En América Latina se sucedían las dictaduras con sus desaparecidos, que dejaron amputada a una generación entera y prepararon el terreno para que las siguientes acometieran el asalto financiero definitivo a las instituciones públicas. Ese mismo año la ONU proclama el Día Internacional de la Mujer, al tiempo que en Inglaterra, ironías del destino, el partido conservador elige a Margaret Thatcher como la presidenta que les llevará al poder cuatro años más tarde. La Dama de Hierro tuvo 11 años para cimentar y blindar las mismas políticas neoliberales que su homólogo Ronald Reagan llevó a cabo en EEUU, cuyos coletazos más punzantes estamos viviendo ahora de manera globalizada. En España, el Rey Juan Carlos tomaba el testigo de la mano del dictador Franco para convertir al país en lo que se ha convertido. Se instauró el modelo bipartidista y se favoreció la especulación de los grandes capitales, en irrefrenable idilio con las estructuras del estado.


Fue una década de erupciones políticas y económicas, unos años en los que el mundo se convirtió definitivamente en el escape de lava sobre el que estamos parados ahora, cuando parece que vuelve a temblar la tierra quemada.



FOTOGRAFÍA: © Reuters

* Columna publicada cada sábado en