viernes, 19 de noviembre de 2010

ARCHIVOS

Lo que hace un comisario es bucear en tu archivo y darle a tu obra un sentido que coincida con su discurso. A veces esto es natural y no es necesario forzar nada, porque hay afinidades. En otras ocasiones no es así, y en el resultado hay una tirantez que termina por quebrar alguno de los extremos; o su discurso, o tu obra. Cuando no los dos.

En todo caso, a mi me gusta que la obra sea líquida, flexible. Que se deje manosear por otros y ver lo que pasa. Si su base es sólida, puede doblarse bastante sin peligro de ruptura. Y si se rompe, es que entonces no era tan fuerte.

Algo que me gustaría hacer es intercambiar el archivo con otro/s fotógrafos y darnos carta blanca para hacer un proyecto de libro cada uno con las fotos de los otros. Estoy seguro de que el resultado será sorprendente, una especie de Frankenstein. Mi libro hablará de mis inquietudes con las fotos de otro. Es como si tu pareja o tu hermano aparece en el cuerpo de otro pero tu te das cuenta de que en realidad es la persona que tu conoces bien, hablando raro y moviéndose en otro cuerpo.