Los bancos españoles y las grandes corporaciones que cotizan en bolsa han vuelto a aumentar sus beneficios este año. Nunca habían sido tan asquerosamente ricos.
Cuando miran sus cuentas corrientes se les escapa una risita floja, y acto seguido miran a ambos lados volviendo a adoptar una actitud preocupada y rigurosa ante la gravedad de la crisis.