Lo que me suele ocurrir con los videoartistas (a excepción de Bill Viola y alguno más) es que intento comprenderlos y acabo tragandome media hora de proyección en la que no pasa absolutamente nada, ni conceptual, ni directamente.
Pero los videos de Zhao Liang están llenos de vida. Pasan cosas; sutiles, intensas, cercanas y extrañas, poéticas y cotidianas.
Es como si un buen fotógrafo hubiera salido a caminar con una cámara de vídeo, sabiendo utilizarla. En realidad es un cineasta que hace fotos con una cámara de vídeo. Porque la brevedad y concisión de las piezas tienen algo de foto y de poema, de relato breve.
Está en el Circulo de Bellas Artes, en Madrid, durante el festival PhotoEspaña.