domingo, 31 de mayo de 2009

MOLESKINE

Hoy he terminado otra Moleskine. Las miro, apiladas en la estantería. Comienzo a releer algunas antiguas, de hace años. Veo que tiene razón Diego: lo que escribimos se pierde ahí, pero las ideas vuelven, son recurrentes. A lo largo de los años hemos anotado la misma reflexión en varias agendas, de modo distinto, con variaciones. Y es cierto que la versión más interesante es la última.

De alguna manera, al escribir algo comienza a tener vida propia y va evolucionando sin nosotros.