viernes, 24 de octubre de 2008

EN LA COCINA

Debia tener 11 o 12 años. De pronto decidí quedarme solo.

Volvía del colegio a toda prisa, sin pararme a hablar con nadie. Me borré del barrio. ¡Del barrio!. Nadie lo entendía. Ni siquiera ahora puedo explicarlo. Se que fué de ese modo. Bajé las persianas. Desaparecí.

Me enfrasqué en dos cosas: la literatura y la cocina.

No leí tanto ni cociné mucho. Ahora lo se. Pero era lo único para lo que encontraba fuerzas.

Si no hubiera sido fotógrafo me habría gustado ser cocinero. La escritura es otra cosa, me fascina tanto su mecanismo que siempre estaré fuera.

Paso mucho tiempo en la cocina. Cocinar siempre me ha parecido algo íntimo. Creo que si uno no es capaz de cocinarse cada noche como si estuviera acompañado, será difícil que pueda cocinar para otros.

Cocinar para alguien y comer en su compañía me parece una escena de amor difícil de superar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entonces estamos hechos el uno para el otro.Yo disfruto muco comiendo.
Mua!