Era tan distinta mi vida y yo tan el mismo que ahora.
Quiero decir, que en el fondo las personas no cambian tanto como las circunstancias.
Me pasaba el día encerrado, fumando porros, trabajaba mucho con el ordenador, salía una temporada a hacer fotos y volvía a encerrarme.
En cierto sentido mi vida era muy intensa. Cuando viajaba me tiraba al río y no guardaba la ropa. Eso me pasaba factura. Feo.
Recuerdo que alguien llamó. Se sorprendió de mi ignorancia. Cuando encendí la tele ya habían caído las dos torres.
No recuerdo que me impresionara hasta el día siguiente. Cuando ya el mundo era otro.
Y yo el mismo que ayer.
1 comentario:
Que razón tienes, supongo que hay veces que no hay lugar para la reflexión y no sucede nada hasta que te das el golpe y todo cambia...... pero en el fondo somos los mismos.
Publicar un comentario