Bajo del avión. Una funcionaria de aduanas dirije a los pasajeros hacia el control de pasaportes. Me impresiona el maltrato verbal que administra sin distinciones.
Es una de las primeras señales que percibo siempre que vuelvo a España, la forma seca y desagradable en que te tratan los que atienden al público.
Comienzo a rumiar el viejo argumento del inadaptado. No me gusta el lugar en el que vivo, me digo. La gente es muy bruta, no hay diálogo por ninguna parte, solo gritan, no hay crítica, se acepta cualquier cosa sin protestar, nadie escucha a nadie, ruido.
Me enciendo. Pero soy consciente, porque ya lo he vivido muchas veces, de que lo que me molesta no está fuera. Hay algo dentro de mi que me incomoda (algunos viajes remueven más que otros), entonces me molesta todo. Creo incluso que esa molestia con el país que me acogió de niño ni siquiera es mía. He oído tantas quejas a mi alrededor que al final he terminado por creer que era yo quien estaba incomodo.
Esperando un taxi escucho a una chica que habla (grita) por el móvil. Le pasa lo mismo que a mi, pero sus razones son distintas. Llega a España protestando por el lugar en el que vive.
Ya en el centro salgo a caminar. Hay un olor de final de verano que me reconforta. La gente por la calle camina tranquila, disfrutando de este Madrid semi vacío.
Entonces me acuerdo. Me acuerdo de cómo hice para amar esta ciudad. No importa la ciudad en la que vivimos, en cualquier parte hay que construirse la ciudad de uno con pedacitos de lo que hay. Y lo que no hay lo inventamos.
Me quedo con los rincones y los amigos. Con mi ritmo aquí. Los cines y las expos. Los parquecitos donde juega mi hija.
Y la ciudad a través de la mirada de Lucía, cuando llegó a Madrid y me hizo mirar todo con ojos nuevos.
7 comentarios:
Has vivido en Cataluña?.
(en cualquiera de sus cuatro provincias?)
Aquí la gente no dice "Buenos días", no saluda, ni se despide (estoy hablando del trato al público).Se comportan como si te estuvieran haciendo un favor y perdonándote la vida.
Cada vez que cruzo la linde que delimita este pequeño país de inmigrantes (y me refiero a Cataluña) me encuentro con una España más educada. Que responde a un "buenos días" y que pide "por favor" o da las "gracias" cuando se tercia.
Hasta ahora me avergonzaba, en silencio, de esta tierra que me vio nacer (soy de Tarragona pero ya te digo que en el resto de Cataluña funcionamos igual) de su falta de buenos modos y de la calidez que he percibido en el trato con la gente en otras provincias.
Me sorprende este post, Matias.
No, no es cierto, no me sorprende, si he roto mi silencio como lectora asidua de este blog, ha sido porque tus palabras han herido los jirones de esperanza que anidaban en algún rincón de mi desconsuelo: Aquí (en Cataluña) somos unos maleducados y no dispensamos trato, vale, pero no está todo perdido, si doy un paso más allá me encontraré con la amabilidad, la educación y el buen trato del que esta tierra adolece.
Y vas tú y me dices que no. Genial!
No sé si darte las gracias (por traerme de vuelta a la realidad) o ponerme a llorar.
Mientras me decido, te dejo un abrazo y mis más sinceras felicitaciones por tus escritos y tus fotografías.
Siempre es un placer pasearse por aquí.
Me encantó el relato. gracias por compartirlo
A mi me pasa algo muy similar pero a pequeña escala, entre comunidades, salgo de mi Galicia natal para irme de nuevo a Asturias, donde ahora vivo y trabajo y tras 4 años no termino de encontrarme, ni con la ciudad ni con la mayoria de sus gentes.
Me he dado cuenta como tu dices, que en parte el problema reside en uno mismo, cuando me fui de Galicia por primera vez me fui odiandola, llegue a Madrid y me enamore de la ciudad, deje Madrid y volvi a ella,pero no era lo mismo entre nosotros, me recordo a cuando vuelves con un viejo amor, la quieres, pero ya no es lo mismo.
No estoy de acuerdo. Ni en Cataluña la gente es maleducada, ni lo es en Madrid, Galicia o Andalucía. Estoy mas cerca de la tesis de que; momento y situación personal afectan mas de lo que subjetivamente podamos pensar. Y si la gente no dice "Buenos días!" podriamos nosotros mismo empezar a decirlo... Donde yo si noto mas diferencia en trato (ni bueno ni malo, sino bastante diferente) es entre la ciudad y el pueblo (sea la comunidad, o país que sea). Y en ese aspecto me quedo con diferencia con el pueblo.
DAVID,
me alegra no compartas mi opinión,
de ese modo ahora conozco tu "tesis"
:)
Una cosita nada más,
yo siempre digo los "buenos días", doy las "gracias" y pido "por favor".
(me gusta predicar con el ejemplo)
Con decirte que tengo amigos/as que cuando vuelven de sus viajes lo primero que me dicen es;
"Ana!, tienes que ir a XXXX, allí la gente es como tú! Te encantaría!".
Mi "pataleta" es precisamente porque, aquí en mi tierra, nadie me contesta. No me ha pasado así cuando he ido a Madrid o mientras me cruzaba media España haciendo el Camino de Santiago. Ni tampoco en Andalucía (de donde es mi padre). En mi caso en concreto no "me permito" que mi momento o situación personal condicionen la buena educación que los que están tratando conmigo se merecen.
Confío que tú tampoco.
Aprovecho estas líneas para disculparme por el término "maleducados", quizás no fue el más acertado. Quizás emplear "desidia" en la vorágine de la rutina y las prisas, sería más acertado.
JEREMÍAS,
cuando "vuelves" no es "lo mismo" porque tú ya no eres el mismo. Eso es lo maravilloso del asunto! Puedes volver a enamorarte de nuevo de ese Madrid (o Galicia o Asturias...) que creías amar. Ahora será otro (el nuevo) Jeremías el que amará.
No te parece genial?.
(te aseguro que hay gente que "vuelve" igual que se fue)
:)
Un abrazo, queridos contertulios.
Soy olga omcarrasco,un saludo, pues me voy a presentar, fotógrafa y diseñadora gráfica, me gusta tu blog, lo conocí através del blog de Oscar Romero.. me gusta tu estilo, pero lo que me ha motivado a comentar, ya que nunca lo hago por estos espacios, es preguntarte lo siguiente ¿En que lugar de este mundo te gustaría vivir?
Por cierto tienes una hija encantadora,un besazo de mi parte, me encantan los crios.
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