Yo debería vivir como si fuera un convaleciente. Con el cuidado y la atención de quien sabe que la enfermedad le ronda. Caminar con lentitud, notando cada paso, talon-punta, cada respiración. Mirando sin mucho interés la carrera desde lejos; exilio voluntario en el jardín.
Lucía: ¿Por qué se nos mueren las plantas?
Matías: ¿Porque no las regamos?
Lucía: Creo que es porque las regamos demasiado.
2 comentarios:
Matías, aunque no te sirva de consuelo, no estás solo en esto. A todos nos ronda la enfermedad, todos deberíamos ser conscientes y medir nuestros pasos. Por eso nos gusta tanto leerte, porque lo que escribes es lo que muchos sentimos a cada rato y que tanto nos cuesta reconocer en público.
Ánimo, valiente.
W.
Lucía y Matías. Dos nombres en pretérito imperfecto. Suena bien.
He conocido tu blog a través de Cuéllar y me ha encantado, así que me quedo por acá, siempre que no te importe. Un saludo.
Publicar un comentario