sábado, 29 de noviembre de 2008

BEAUTIFUL LOSERS

Hoy he ido con Lucía y Paula a ver la expo Beautiful Losers, en la Casa Encendida de Madrid. Ya conocía la obra de Ed Templeton, pero no la de los otros artistas que integran esa red de hermosos perdedores. La verdad es que de perdedores tienen poco. De hecho su discurso tiene bastante de autocomplacencia, de exhibicionismo.

Parecen los guapos del instituto, american way of life, los más populares, practicantes de un malismo exquisito. Su obra es autoreferencial, todo lo que les interesa empieza y acaba en ellos mismos o su entorno más cercano.

Lo que me atrae de ellos es justamente su poco reparo en utilizar todo lo que se les ponga a tiro para crear algo muy espontáneo. Esa actitud destroyer, ese hastío, esa vida saciada de todo les lleva hacer las cosas por puro aburrimiento, por pura experimentación. Su referente, entre otros son las sórdidas y penetrantes películas y fotografías de Larry Clark

Me gusta el aparente desaliño de su puesta en sala y los formatos heterogeneos. Templeton me sigue pareciendo el más rotundo de ellos. Sus fotos se siguen manteniendo en pie si las extraemos del formato mosaico, que es tramposo por acumulación. Los mosaicos que tiene aquí expuestos son extraordinarios porque te llevan un paso más allá. No es solo una forma bonita y hábil de enseñar fotos; añaden algo fundamental a su obra, algo que tiene que ver con su proceso creativo y, probablemente, con su vida.


Me interesa muchisimo esta manera de contar. Todavía no se adonde me lleva, pero me produce inquietud y ganas de hacer cosas, que para mi son dos síntomas de que acabo de ver algo bueno.

1 comentario:

Javier Vila dijo...

Me gusta esta crítica de la exposición, que a la vez no es una crítica, en el sentido estricto. Además, estoy de acuerdo. En general. A mi me pudre por dentro esta estética de "malditos" con la que se disfrazan los piterpanes para seguir su fiesta después de cada año nuevo...
Os dejo un fragmento de "El Cielo de Madrid", de Julio Llamazares, que lo dice todo:
"Me refiero al arte de los setenta, contaminado por su circunstancia histórica, pero también a los movimientos que en los primeros años ochenta habían pasado por vanguardistas y que para mí no eran más que divertimentos protagonizados por unos cuantos niños rebeldes de papá. Y es que, al final, se trataba de eso: de jugar a ser artistas más que de serlo con todas la consecuencias."
Después de esta vi la de Garcia-Alix, pero no hablábamos de eso. Creo.