domingo, 31 de agosto de 2008

UN DIALOGO SIN PALABRAS (II)

Alec Soth es uno de los fotógrafos actuales que más me entusiasman. Me encantan sus imágenes, pero sobretodo, su modo de trabajar, lento y solitario, la relación que tiene con la fotografía, su búsqueda de imágenes a través de otras imágenes.


En el magnífico libro de entrevistas a fotógrafos Image Makers Image Takers de Anne-Celine Jaeger, publicado en español por Oceano con el nombre de Creadores de Imágenes, me sorprendió leer las reflexiones de Soth sobre el retrato. O más bien sobre su relación con el retrato:

"Una de las cosas que me faltaban era la capacidad de fotografíar a personas"


"Al principio temblaba cada vez que hacía un retrato. Tardé mucho en sentirme algo más seguro. Todavía ahora me pongo nervioso. Cuando trabajo por encargo, mis ayudantes se sorprenden de lo que llego a sudar. Paso mucha vergüenza. Es ridículo"



"Trabajo con una cámara 8x10 de gran formato. Es increiblemente lenta, de modo que tengo que fotografíar con trípode. Cuando trabajaba en el proyecto Mississippi no tenía demasiado dinero
, con esta cámara cada vez que aprietas el disparador son veinte dólares. Si algo era muy bueno, hacía dos tomas por si acaso. Para Niagara me resultó más dificil encontrar temas. Me pasaba días sin hacer una sola foto y me frustraba un montón".


"Tengo que recordarme a mi mismo que la fotografía es limitación. Parte de la base de que no todo aparece en la foto".


"La fotografía tiene mucho que ver con la poesía. Es sugerente y fragmentaria, y en muchos aspectos, poco satisfactoria. Es el arte de la limitación. Encuadrar el mundo. Es tan importante lo que dejas fuera como lo que decides incluir".


"Exige mucho tiempo, mucho trabajo. Hay que arriesgarse, aunque cueste
. Creo que los primeros libros suelen ser tan buenos porque normalmente los fotógrafos les han dedicado diez años".


2 comentarios:

andi dijo...

interesante coincidir con estas palabras. buen blog!

xabilin dijo...

La verdad es que es una de las mejores entrevistas del libro.
Y si me hace gracia que lo que describe como verguenza de fotografiar a gente sea algo común entre muchos.
Yo, me siento así.
Pero ni tengo ayudantes ni encargos, así que sudo solo!.